Se encierra a sí misma en una crisálida azul otra vez,
silenciosa, desesperada , cubierta de tristeza, no se sabe
siquiera en qué momento volverá a despertar, mucho
menos cuándo saldrá del profundo coma que le arrastra
al incómodo desespero.
No es que haya dejado de ser fuerte por completo,
simplemente se ha debilitado mucho, pero es algo temporal
aún así esa herida nueva le hará desconfiar mucho más,
pues, sus esperanzas han ido menguando con cada nueva
decepción que le acontece.
Durmiendo, entre el sopor y lágrimas que despide en sueños
le ve a él una y otra vez, tan lejano e insensible como siempre,
una criatura terrible llena de escamas que se come su corazón,
lo único que ella quiere es acabar con las pesadillas y el dolor
que le produce verle dentro de su cabeza sin poder acercársele.