jueves, 14 de octubre de 2010

Lorena

Llevas el mar en los ojos y el azul en el alma,

tiznados de dulce melancolía los labios,

la piel hecha de luna, el corazón repleto de

amor inquebrantable, infinito y puro nacido de

tu vientre creador de vida.


Lorena, es el nombre de una mágica criatura delicada

que danza en las oscuras noches al ritmo de un violín.

En tu espalda florecen siete promesas y sobre

ellas se alza el símbolo de la vida eterna, vida que has

perpetuado por medio de otra criatura tan bella como tú.



Usagui

Rápido, esquivo, difícil de alcanzar, eres el conejo

blanco que me atrae con su malicia. Si

te veo quiero correr con fuerza hasta capturarte,

tomarte entre mis brazos y llevarte a ese sitio

donde los locos representan la cordura y en

el que Cheshire nos sonríe desde el cielo estrellado.


Conejo blanco ¿por qué tienes tanta prisa? quiero

seguirte, pero, corres tan rápido ¿a qué le temes?,

me sonríes con timidez y picardía para luego huir

obligándome a ir en tu búsqueda. A veces siento que

quieres verte acorralado por mi como un gato

hambriento persiguiendo al escurridizo ratón.


Conejo blanco, esclavo del tiempo, te siento tan cerca

y otras tan lejos. No se qué hacer para aproximarme, el

encanto que ejerces sobre mí se vuelve cada vez mayor,

hipnótico, profundo, confuso y extraño.


Conejo blanco, verdugo de rostro inocente, te quiero tanto.

Dame un pista, apiadate de mi ¡por favor, detente!,

permiteme estrecharte contra mi pecho y besarte antes

que la Reina Roja ordene que me corten la cabeza.